Bienvenid@ a Apoptosis

Apoptosis nació hace unos años como un libro inspirado en el género 'Z'. Así, desde hace poco tiepmo, decidí ir posteando poco a poco el libro con la simple y única idea de entretener a cualquiera que pase por aquí e intentar dar una buena impresión. Comentarios, opiniones e incluso cambios de ciertas partes del argumento son cosillas que gustosamente acogería para la mejora del sitio.
¡Espero que os guste!




domingo, 6 de marzo de 2011

(VIII) 27 de Noviembre. El laboratorio.

27 de Noviembre. El laboratorio.

-Está bien, señores – dijo la chica que nos abrió la puerta – les mostraré las instalaciones y las normas antes de todo. Bien, como sabrán…
-James, ¿tienes novia? – preguntó por lo bajini mi profesor mientras seguía hablando la chica.
-¿Qué? – pregunté en voz baja - ¿por qué lo dice?
-No, por nada. Esa chica… es guapa.
-Joder, profesor – exclamé mientras reía por lo bajo – no hay tiempo para pensar en esas cosas.
-Siempre hay tiempo para todo, hijo – comentaba riendo.
Fastword se atrevía a mencionar este tipo de cosas con confianza porque ha sido siempre para mí como un hermano mayor. A parte de mi padre, me aconsejó bien y me guió durante mi estancia en la Universidad. Siempre decía que tenía potencial y que tenía que salir de “ahí dentro”.
-… como verán, el gobierno nos ha proporcionado todos los materiales necesarios para que realicen sus investigaciones con toda comodidad. Acompáñenme, por favor – seguía comentando mientras caminaba – Este es el laboratorio en donde realizamos todas las pruebas necesarias. Contamos también con una sala y equipo médicos para cualquier necesidad. Como ven – seguía caminando – estamos provistos de un comedor y dormitorios, los cuales se dividen para hombres y para mujeres. Por último, y no menos importante, están todos ustedes obligados a permanecer en todo momento en el laboratorio. Sólo saldrán bajo autorización y en grupos, presentando su conformidad para salir ante todo. Ahora- decía concluyendo- deben reunirse con el resto del equipo. Sólo los miembros autorizados deben estar presentes, el resto deberá abstenerse y esperar en el comedor.
Le dije al profesor que le esperaría allí. La chica que nos estuvo enseñando las instalaciones también vino conmigo. Nos sentamos en una zona cualquiera de la sala y nos presentamos.
-Bueno- empezó - ¿cómo te llamas?
-James, me llamo James – dije algo nervioso y sin mirarla directamente.
-Yo soy Paula.
Se produjo un silencio asesino de repente mientras cada uno miraba a un lado. La situación tenía que dejar de ser tan tensa. Por Dios, ¿por qué no se me ocurría hablar de nada? Seguro que fue por el oportuno comentario del profesor.
-y… ¿qué o quién te ha traído aquí?
Mierda, pensé. Al final tuvo que ser ella la que rompiese el silencio. Después de que me preguntó y no tuve los huevos suficientes de responder, tuvo que ser ella también la que continuase hablando.
-Pues he venido como ayudante de mi profesor, el señor Leonard Fastword.
-Ah, ¿el que estuvo hablando contigo mientras os enseñaba todo esto?
-S… sí… sí. Ese mismo.
-James, puedes mirarme, no muerdo – me dijo mientras sonreía. Y eso era lo peor. Dios, no sé qué me pasaba. No lo entendía: si me sonreía… malo porque no me atrevía a mirar. Si no me sonreía… malo también porque a saber qué estaría pensando…
-Je, je, lo sé – le dije intentando imitar una sonrisa lo más realista posible.
Joder, estaba buenísima vista de cerca. Pelo largo, hasta un poco más de los hombros. Morena con tintes rubios, de ojos verdosos y con gafas rectangulares. ¿Por qué no hice caso a los consejos de Carl sobre cómo hablar con mujeres? Y, por comentario, debería estar prohibido en una zona de investigación llevar un escote más pronunciado que el Cañón de Marte. ¡Eso retrasa cualquier avance científico!
-Y tú… - pregunté - ¿por qué estás aquí?
-Bueno, fui seleccionada de un grupo de candidatos a venir como becaria y ayudante del doctor y cirujano de las instalaciones: el Dr. Norman. Te sonará estúpido, pero sentía que tenía que ver este lugar y estudiar los efectos que puede producir una explosión bacteriológica en una zona determinada. Lo que no sabíamos nadie es que hubiera sido tan catastrófica.
-Ya… a mí me pasa lo mismo en todo lo que has comentado.
-¿Te apetece un café? Sé que no es el mejor momento de estar hablando de chiquilladas habiendo fuera lo que hay; pero dado que nosotros dos no podemos hacer nada… mejor aprovechar, ¿no crees?

4 comentarios: